El Valor de un Retrato al Oleo Personalizado

El valor de un retrato va más allá de su valor monetario. El hecho de que la persona que aparece retratada sea uno mismo o un ser querido añade a los retratos al óleo un valor emocional que permanece siempre con el retrato.

Cuando se busca el regalo perfecto para alguien que posee de todo, la tarea puede ser muy complicada ya que cada vez es más difícil encontrar ideas originales para regalos. Como ejemplo de las dudas que muchos tenemos a la hora de encontrar el regalo adecuado, echaré mano de una anécdota personal. Hace unos años, me tocó elegir el regalo de aniversario para una querida amiga.

Mi amiga llevaba casada varios años y disfrutaba de una vida profesional exitosa. Producto de sus muchos viajes, su hogar mostraba recuerdos valiosos de todas partes del mundo y un sinfín de electrodomésticos para hacerle la vida más sencilla. Teniendo en cuenta de que, por lo menos desde el punto de vista material, tenía de todo, me concentré en buscar un regalo que pudiera mostrar mi afecto por ella y que tuviera un alto valor emocional.

El hecho de que tanto ella como su esposo son personas profesionalmente importantes y conocidas me hizo caer en la cuenta de que un retrato podría ser un regalo interesante. Como tienen un niño pequeño, decidí incluirlo en un retrato de familia. La cuestión comenzaba a aclararse, pero aún no sabía como encargar un retrato al óleo personalizado sin obligarles a posar, ya que quería conservar el factor sorpresa.

A esta altura ya me había dado cuenta de que había salido de un problema para meterme en otro. La cuestión me llevó un par de días hasta que caí en la cuenta de que tenía varias fotografías de la pareja y del niño así que decidí llevar a cabo mi idea y encargar un retrato al óleo pintado a mano a partir de estas fotos. Sabía que aunque mis amigos recibirían regalos mucho más ostentosos y caros, mi regalo tendría una alta carga emocional, aunque no imaginaba hasta qué punto el retrato de familia que les iba a regalar les iba a hacer felices.

El impacto de mi regalo lo comprobé en la misma fiesta de aniversario, cuando comprobé que a pesar de las decenas de presentes tan valiosos que habían recibido, los novios hacían el honor de contarles a todos sobre el retrato familiar que les había regalado. Mi sorpresa fue aún mayor cuando vi que lo habían llevado para decorar el salón de fiestas. En ese momento, tuve plena consciencia de que su agradecimiento no fue un simple cumplido, sino que ese retrato familiar guardaba para ellos tres un alto valor emocional. Sin duda, en ningún gran almacén habría encontrado un regalo tan preciado y original que todavía hoy valoran y disfrutan tanto o más que el primer día.