Hombre con Turbante Rojo

Hombre con Turbante Rojo, de Jan van Eyck

Jan van Eyck, también conocido como Johannes de Eyck, creó esta obra maestra reconocida como uno de los más importantes retratos del mundo. Van Eyck nació en Maaseik, Bélgica, alrededor del año 1395, sin que sepamos la fecha exacta ya que se conoce poco de sus años de juventud. Jan van Eyck fue un artista flamenco que llegó a ser un maestro del retrato al óleo en una época en la que este tipo de arte era todavía una novedad. Al ser uno de los maestros pioneros de este tipo de técnica, Jan van Eyck es conocido como el padre de la pintura al óleo. Y con sus pinturas realistas de la figura humana y su maestría de la técnica al óleo, también esta considerado como uno de los mejores retratistas del norte de Europa durante el s. XV. También se cree que el artista Hubert van Eyck y el también considerado como artista Lambert van Eyck eran sus hermanos.

El retrato del Hombre con Turbante Rojo fue pintado por Van Eyck en 1433 con óleo sobre un panel de madera. Es uno de los mejores exponentes del Renacimiento Nórdico Europeo del s. XV, una era que marca el extraordinario crecimiento de las bellas artes en Flandes y Alemania desde 1430 hasta 1580.

Se cree que este retrato es en realidad un autorretrato, pero no hay evidencias claras que confirmen esto. Sin embargo, hay un gravado en la parte alta del marco que muestra una prueba bastante convincente de que el Hombre con Turbante Rojo es un autorretrato de Jan van Eyck. En caracteres griegos puede leerse “Als Ich Can” (como Yo/Eyck puedo), que es una especie de cita paródica del nombre del artista. El enfoque que se da a la mirada del hombre en el retrato también implica quién es el modelo. La leyenda al pie del marco muestra el nombre del artista y la fecha en que el retrato fue terminado, pudiendo leerse “Jan van Eyck me hizo el 21 de octubre de 1433”. Es significativo que los escritos que aparecen en el retrato fueron hechos para que parecieran gravados en lugar de pintados.

Lo que hace al retrato del Hombre del Turbante Rojo tan natural son sus precisos efectos visuales y su brillo de espejo, un producto de la experta pericia de Van Eyck en el uso de finas capas de pigmentos de color claro que logran que el retrato resplandezca. Un ejemplo claro son los efectos creados en los ojos del hombre del retrato. La sutil mezcla de blanco, rojo, azul y negro consigue que los ojos del hombre parezcan vivos. Además, la mirada de ambos ojos está centrada en dos puntos distintos, con el ojo derecho algo borroso y el derecho muy definido y concentrado en un objeto. La apariencia de los ojos se debe probablemente a un efecto provocado al tener Van Eyck que mirarse en un espejo; nadie puede ver sus dos ojos iguales cuando se mira a sí mismo en un espejo desde un ángulo concreto.

Jan van Eyck es un auténtico maestro de la pintura al óleo y por eso es capaz de mostrarse a sí mismo de una forma tan poderosa en el retrato, de tal forma que cada pincelada de su brocha parece invisible.

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