Thomas Gainsborough

Thomas Gainsborough, "El Niño Azul"

Thomas Gainsborough fue un célebre  y solicitado retratista nacido en 1727 en Sudbury, Inglaterra. En su juventud, se sintió inspirado a pintar la campiña que había junto a su casa, y a lo largo de su vida siguió pintando paisajes. Gainsborough comenzó su carrera profesional estudiando en Londres con un grabador francés llamado Gravelot, y con el tiempo se asoció con William Hogarth, un famoso gravador inglés.

Los retratos más conocidos de Gainsborough incluyen “El Niño Azul” y “El Paseo Matutino”. Su tratamiento de la ropa en ambos casos ilustra por qué los críticos siguen apuntando al trabajo del pintor holandés Van Dyck como una clara influencia en el estilo de Gainsborough. Los espectadores se dan cuenta de la cualidad evanescente de las telas traslúcidas y ondulantes en la pareja que aparece en “El Paseo Matutino”, así como del cuello de encaje y la apariencia brillante y aterciopelada del traje del niño. Los fondos de los dos cuadros son similares en cuanto a que están localizados en el exterior e incluyen algunos árboles, pero el tono es muy distinto. El paseo de la pareja (y también su vida en común) parece idílico a causa del cielo azul, el perro amistoso y devoto, y el refugio proporcionado por el árbol. El niño, sin embargo, aparece elegante y heroico sobre el fondo de un cielo más oscuro y turbulento. Los espectadores tienen la impresión de que está emergiendo de algo sublime porque en la distancia intuimos algo más grande.

Otra parte interesante de la carrera de Gainsborough es su colaboración para decorar las cajas de la cena de los jardines de Vauxhall, que eran un centro de cultura emergente en su época. Buscar en Google imágenes de Gainsborough nos permite ver que contribuyó claramente a aquella cultura, ya que creó muchos hermosos retratos de personas nobles y de clase media. La variedad de fondos, que van de ruinas griegas a pinturas al óleo, así como la diversidad de ropa en boga, han ayudado a preservar aspectos de la historia cultural de incalculable valor. Gainsborough murió en 1788 tras completar una ilustre carrera en la pintura al óleo que le reportó su lugar como uno de los fundadores de la Real Academia de las Artes. Su capacidad para favorecer a sus modelos con las pinceladas de sus brochas es la mejor explicación para su estatus y su fama.

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