Élisabeth-Louise Vigée Lebrun

Élisabeth-Louise Vigée Lebrun, "Autorretrato con su hija"

Élisabeth-Louise Vigée Lebrun fue una pintora nacida en París en 1755. Su padre pintaba abanicos y retratos, y fue su primer instructor en la materia. Empezó pintando retratos de forma profesional cuando era una adolescente y, a lo largo de su vida, recibió el mecenazgo de personas muy influyentes y adineradas, algo que puede apreciarse en los títulos nobiliarios que parecen en los títulos de muchos de sus retratos al óleo (p. ej., baronesa, príncipe, marquesa, condesa, duquesa, conde, etc.). Viajó mucho, en parte a causa de la Revolución Francesa, a lugares como San Petersburgo y Viena. Probablemente es más conocida por haber logrado una posición como pintora de corte de María Antonieta, y como una de las pocas mujeres pertenecientes a la Academia Francesa de las Artes, pero también pintó a Catalina la Grande, lo que le reportó un puesto en la Academia de las Artes de San Petersburgo.

El estilo de Vigée Lebrun destaca por su diversidad, y ha sido descrita como una retratista que en ocasiones sacrificaba el ideal de perfecta semejanza por su deseo de lograr una composición más agradable. Uno de sus temas favoritos en sus retratos es la idealización de la madre con su hija, y es maravilloso comprobar cuántos autorretratos están disponibles para el disfrute de los amantes del arte contemporáneo. Comparar el Autorretrato con su hija, en el que ella y su pequeña hija Julie se abrazan con naturalidad vestidas con modestos vestidos de campesinas de estilo artístico, con el Retrato de la reina María Antonieta y sus hijos nos sirve para ilustrar la variedad de su pintura. La piel clara del rostro de María Antonieta parece carecer del detalle que tan visiblemente se percibe en su suntuoso entorno, incluyendo el diseño y las borlas de la almohada bajo sus pies. Los niños parecen querubines, como suele ser la norma en los cuadros de Vigée Lebrun, y están pintados con la misma mirada de devoción en sus ojos que Julie parece tener en cada retrato en el que se nos muestra.

El retrato que Vigée Lebrun hizo de Lord Byron es un excelente ejemplo de su habilidad para capturar características importantes acerca de sus modelos. Combinando cuidadosas pinceladas y sensibilidad para captar los aspectos más sutiles de la personalidad, logra revelar la elegante disposición romántica del poeta. Lord Byron está mirando a un lado, como si estuviera distraído, y sus rizos están cuidadosamente colocados pero, a la vez, en ligero desorden. El hecho de que tuviera la oportunidad de pintar a tantas figuras notables del s. XVIII atestigua su habilidad como pintora del carácter de las personas, y no solo de sus características físicas.

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