Autorretrato de Arnold Böcklin

Arnold Böcklin nació en Basilea (Suiza) en 1827. Se le encuadra dentro del movimiento artístico del Simbolismo, que posteriormente tendría una gran influencia en el Surrealismo.

Comenzó sus estudios como pintor en Dusseldorf y empezó a destacar como pintor de paisajes. Sin embargo, sus viajes por Europa hicieron que fuese influenciado por el arte renacentista, por lo que comenzó a incluir en sus obras figuras mitológicas. También estuvo influenciado por el Romanticismo, por lo que sus obras estás llenas de figuras fantásticas, ambientes extraños e ilusorios y construcciones clásicas. Sus obras más famosas son sus cinco versiones de “La Isla de los Muertos”.

En toda su obra podemos destacar su extraordinaria creatividad, su inventiva, la exploración que realizaba de la mitología clásica y el erotismo, la magia y el misterio que aparece en muchas de sus pinturas.

Esta visión romántica y misteriosa que aparece en muchas de sus obras es también observable en su “Autorretrato”, una de sus pinturas más famosas. En ella podemos ver al artista, reflejado con destreza y realismo, trabajando en su obra, con el pincel y la paleta en las manos. La luz del cuadro se centra en su rostro, donde podemos apreciar todos los detalles.

El fondo del cuadro es muy oscuro, reflejando la fascinación de los artistas
románticos por el misterio y lo desconocido que se oculta en las sombras. Sobre el hombro de Böcklin vislumbramos un esqueleto tocando el violín, tan cerca de él que casi parece estar apoyándose en su hombro. Conociendo el interés del autor por el simbolismo y las figuras alegóricas, no es muy difícil imaginar que ese esqueleto representa la muerte, que parece entretenerse mientras espera para llevarse al artista con ella.

Con esta obra, que nos muestra la fascinación por lo sobrenatural que caracterizaba a los artistas románticos, el autor consigue transmitirnos su inquietud en una obra llena de fuerza y misterio que hace que nos sintamos impresionados.

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